El viajado es un hombre de mundo, aventurero y contador de cuentos.
Ha estado en miles de sitios del mundo. Ha comido comidas de lo más insólitas rodeado siempre de las gentes del lugar.
Según dice «nunca viaja como turista». Los turistas son otros.
A diferencia del «Walker» esta bestia no busca ir a las casas de la gente para quedarse a dormir. Viaja por placer y para encontrarse a si mismo.
Este tipo de bestias son peligrosas ya que están todo el rato interviniendo en las conversaciones para decir «En Kazajistán …, en Yugoslavia, en Ecuador, en Tierra de Fuego, en el desierto de …»
Los países son como cromos que coleccionar. Son más valiosos al parecer cuanto más pobres y con menos derechos humanos.
De algún modo esta bestia viaja a sitios exóticos. Si le hablas de «Cuenca» o de «Albacete» se reirá de tí.
No se da cuenta de sus privilegios de hombre blanco y rico.
Suele contar que las mujeres de otros países son siempre más guapas y simpáticas que las de su país de origen.
Curiosamente cuando está en un país en el que se encuentra más o menos en igualdad de derechos no quieren estar con él no se le arriman ni con un palo.
En Puntacana por ejemplo dirá que todas las mujeres son mucho más simpáticas ya que le sonríen, se acuestan con él, etc…
Cree que viajando se cura todo. Cree que el fascismo, el machismo, el clasismo, … y la desigualdad se curan viajando.
Y no es consciente de sus privilegios que le permiten justamente poder viajar.
Privilegios como que no tiene a nadie a su cuidado, es de una raza privilegiada y no le paran por ejemplo en los aeropuertos cada 2 por 3, …
Es peligroso tenerle cerca ya que habla con una «superioridad moral» de quien va creando un relato hedonista del viaje. Se cree por encima de quienes no pueden permitirse viajar.
Sus viajes no son de inmigrante que tiene que buscarse la vida. Son viajes de placer.
Por tanto cuidado con esta bestia que puede quitarte bastantes puntos de paciencia y robarte turnos de tiempo.