Este tipo de criatura vive bajo el agua prácticamente toda su vida. Su hábitat natural es el pantano junto a las musgosas laderas de la montaña encantada y las rías bajas al noroeste de los valles de silicio.
Algunas veces se le puede avistar en peceras dentro de garajes junto a su primo el startupero.
Es adiestrado en el colegio para la creación de software fútil y entre las asignaturas de su educación especial las más destacadas son:
- Tecnologión – Se enseñan las bases del dogma tecnológico.
- Tecnicismos I y II – Se inculcan tecnicismos que permitan hacer sentir tonta a la gente.
- Programación – Se imparten conocimientos sobre programación en diferentes lenguajes.
El tecnófilo tecnosolucionista siente amor por la tecnología pasada, presente y futura. Ese amor le lleva a pensar que todo en la vida se ha de convertir a una solución en software.
Estas alimañas submarinas dirigen sus vidas intentando conseguir la perfección en el desarrollo de software que no aporte una solución real. Rezan todas las noches «el software nuestro» con la intención de algún día ser capaces de realizar un programa como Nada 5.0.
Nada 5.0 funciona en GNU+Linux, Windows y Haiku OS. No ocupa nada (1 byte) y no hace nada. La comunidad tecnosolucionista lo venera porque no hace absolutamente nada pero al mismo tiempo lo hace muy bien.
La filia por la tecnología de esta aberración submarina le puede llevar a ofrecer soluciones que hacen un flaco favor a determinadas causas.
Por ejemplo ofrecer soluciones al voto que impliquen blockchain, machine learning, redis, nodos elastic, georedundancia, una CDN, una conexión y ordenador por cada votante con un SAI activo y otro inactivo en cada vivienda. Todo con la finalidad de ahorrar papel y ofrecer una solución al voto que no aporta mayor seguridad ni es más ecológica.
Otro ejemplo sería realizar un software en python que determina el genero por el color del flequillo o de los ojos. Eso con la finalidad de acabar con el heteropatriarcado.
«La pócima de la distracción» es su mejor ataque ya que hace que olvides la causa real de los problemas.
Se le pueden parar los pies recordandole el origen de la mayoría de los problemas: el capitalismo.
Cuidado si te topas con esta amenaza acuática. Es preferible bordear los pantanos que encontremos a cruzarlos a nado.
No salen mucho a la superficie pero si te ven nadando pueden agarrarte por el pie y llevarte hasta lo más profundo haciendo que olvides quien eres y de donde vienes.