Podríamos afirmar sin despeinarnos que las guerras al igual que las elecciones no las gana nadie y si que las perdemos todas.
Actualmente se están librando muchas guerras en las que NO hace falta apretar un gatillo o tirar una bomba para que muera gente.
Continuamente la sanidad pública universal vive en guerra, la educación pública, el patrimonio universal, el conocimiento libre, los derechos laborales, el sistema de pensiones, …
Son ejemplos de guerras que se libran todos los días en diferentes escenarios. Guerras importantes de las que hoy NO hablaremos.
Existe una guerra silenciosa latente en nuestro entorno y en nuestros corazones. Una guerra de clases sociales identificable mediante la tipografía que emplea cada bando.
Isabel trabaja de cajera en el supermercado. Suele imprimir carteles en los que avisa a los clientes con cosas de este estilo:
- “Tenemos bolsas de hielo”
- “No entrar con el perro”
- “Regresamos en unos minutos, disculpe las molestias”
- “Cobramos las bolsas”
No es consciente de que es una tipografía, tampoco de que es un procesador de textos y mucho menos de si los tipos son libres o no. A la Isa le suda el coño todo eso y a su pareja el Jona también.
La Isa y el Jona llaman a todo eso el “Guor”. Con el “Guor” pueden hacer carteles que la Bea les dejó como plantilla. Isa cambia dedo a dedo las letras y le da al icono de imprimir. Suele llamar a la Bea cuando al darle a imprimir no se imprime y entonces viene la Bea para poner papel a la impresora o encenderla.
El Jona le pide a la Isa que le imprima algunas veces un cartel, Isa de tanto fumar porros no retiene demasiado y termina llamando a la Bea. La Bea cuando la cosa se pone fea llama a la Lore que es «la que se pispa» de como va el tema.
La Lore es la prima de la Bea, ex-novia del Jona. La Lore hizo un curso para desempleados/as en el que les enseñaban a manejar “el Guor” y el “escel” de la suite de Micro$oft Office en vez de enseñarles a manejar procesadores de textos, hojas de cálculo, …
Jona trabaja en la construcción. Esta semana pasada ha estado alicatando el baño de un estudio en Malasaña donde un grupo de jóvenes con barbas bien cuidadas van a llevar sus ordenadores con la manzana para hacer cosas raras allí.
Mientras las obras se realizan Borja y Pelayo le han dicho a Jona que cuelgue un cartel gigante impreso en lona a todo color que dice lo siguiente:
“Hoy no sabia que ponerme y me puse feliz”.
Pelayo es la pareja de Borja. Son gays y son guays. El sueño de sus vidas era montar lo que están montando: Una panadería-librería-floristería-cafetería en la que Pelayo pueda ofrecer talleres de impro y Borja dar clases de swing.
Los padres de Borja tienen pasta y los de Pelayo también. Han viajado mucho por el mundo y en vez de decir “te llamaré” dicen cosas como “luego te hago una call-one-to-one”.
A Pelayo no le resulta caro pagar 1500 € al mes por vivir en un barrio como Malasaña. Hace unos años vivía gente allí sin estilo. Gente que comía en tupperware, imprimían carteles con la tipografía Comic Sans, compraban comida en el super del barrio en vez de en el mercado “hipsterizado” de productos selectos gourmet ecológicos.
Borja realiza sus carteles con herramientas de Adobe en su ordenador con la manzana. Cuando ocurre algún problema y no puede imprimir un cartel compra una nueva impresora o compra un nuevo ordenador.
A Borja le encanta imprimir frases en colores pastel. Le encanta utilizar la Helvética como tipografía aunque alguna que otra vez usa alguna otra.
Tanto Borja como Pelayo no tienen mucha idea de informática en general pero tienen amigos de amigos que le han dicho que si quieren ser cool tienen que utilizar los ordenadores de la manzana. De esa forma serán considerados socialmente gente pudiente y alternativa.
Borja y Pelayo son realmente unos gilipollas de libro posiblemente. Isa y Jona se han tenido que mudar a la periferia de la ciudad ya que no pueden pagar vivir en el centro. Una clase social podría identificarse por la tipografía mal empleada “Comic Sans” y la otra podría identificarse por el mal uso de la “Helvetica”.
Existe una guerra en todos los barrios entre estas 2 tipografías. Una representa la clase trabajadora asalariada y la otra al emprendedor moderno.
Isa se ha criado en una familia pobre y ha tenido que lidiar con muchos problemas en su vida. Posiblemente Isa es de las que se siente más segura no pensando demasiado, es decir, no quiere que el trabajo sea otro problema más.
Isa y Jona son asalariados. Cuando terminan su jornada laboral se marchan a casa y se drogan, juegan a la play station, se van al centro comercial, … mientras que los hipsters son posiblemente un ejemplo de emprendedor con mucha confianza en si mismos.
La confianza de Borja y Pelayo les viene de haber nacido en una familia rica. Han estudiado en los mejores colegios y desde siempre se les ha dicho que serán ellos el futuro. No tienen miedo al fracaso y pueden costearse el fracasar sin problema.
Las 2 clases sociales descritas pertenecen a la brecha digital. Ambos no saben muy bien como utilizar los ordenadores ni sus herramientas pero ambos las usan como más o menos pueden. Ambos están en guerra en cada cartel de supermercado, en cada carta de restaurante malo, en cada tienda de bicicletas vintage, … en cada barrio, en cada esquina, … compitiendo por un espacio.
Al mismo tiempo y al margen de la historia de gentrificación existe gente creando y utilizando tipos libres. El nuevo mundo que se abre entre estos miserables es posiblemente uno de cooperación en el que las tipografías libres serán parte de esa iconografía en el imaginario colectivo de generaciones, formarán parte de la cultura popular futura como lo es la tipografía de Adidas, la de Nike o la de algún tipo de detergente en la actualidad.
La forma de vestir a la letra posiblemente da forma de algún modo a nuestros sueños. Sería una pena que cuando la policía del pensamiento pase sus spiders por la noche, estos tuviesen copyright. ¿No?
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