La familia «lápida» de algún modo es la protagonista de la saga «Los Sims». Aparece constantemente en todos los juegos y es una de las más conocidas y misteriosas. Ese misterio me recuerda a lo que en publicidad llaman Campaña de intriga. Y esa repetición hace de nexo entre los diferentes juegos de la saga.
Voy a intentar explicar como esas técnicas se terminan utilizando no solo en publicidad o en franquicias de videojuegos. También los movimientos sociales lo utilizan y creo que eso termina no diferenciando tanto a algunos colectivos y grupos activistas de empresas de publicidad.
Vamos al turrón :).
El motivo de empezar hablando de «la familia lápida» no es otro que el de captar atención de cierto público. Eso se hace dando donde más duele: en las referencias generacionales que tocan de algún modo el pecho.
Creo que el punto en el que se ve con más claridad que un movimiento social, un grupo activista, un colectivo, … empieza a parecerse más a una empresa de marketing y publicidad es cuando utilizan el tipo de campaña de intriga (teaser).
Las campañas de intriga buscan generar expectativa a un lanzamiento futuro de un producto/servicio/… que pretende ser espectacular.
Y es que no nos engañemos y aunque no siempre pero … Sí actúa como una empresa de publi, se comunica como una empresa de publi, sus integrantes trabajan como en una empresa de publi, … lo mismo eso no es tan distinto a lo que hace una empresa de publi.
¿Algo malo ocurre con eso? Esa es una de las cuestiones que me taladran desde hace años. Por eso creo interesante antes de abordarlo disertar un poco sobre el «productivismo» en los movimientos sociales y en las empresas.
El vale todo (del portugués: vale tudo) o todo vale, es una modalidad de combate originaria de Brasil en la que los luchadores pueden usar cualquier técnica proveniente de las artes marciales o de los diferentes deportes de contacto, ya que las reglas permiten casi todo, así como el combate en el suelo.
De algún modo corrientes contra-productivismo (como por ejemplo el decrecentismo) abogan por una política económica más compatible con los valores humanos. Y eso nos lleva a que pensando a largo plazo en realidad NO TODO VALE, no vale tudo. No se trata de producir más.
Si pones la vida en el centro No «vale tudo» por ejemplo.
La publicidad es la maquinaria que fomenta el consumo en los sistemas capitalistas y nos cuesta hablar de «ética» y «publicidad» en una misma frase algunas veces quizás por eso mismo.
En realidad creo que es posible «una publicidad ética» pero lo es cuando se realizan las cosas desde un marco con reglas, con normas, con control, … un marco que tenga en cuenta variables contra-productivismo, que tenga en cuenta no solamente lo mínimos, también los máximos, los topes.
¿En el activismo existen líneas rojas?
No realmente. Existe activismo de todo tipo y existe activismo que utiliza herramientas violentas para justificar el fin por ejemplo.
Eso nos plantea de nuevo si «vale tudo». Si el fin justifica los medios.
Y todo ello cuando vivimos una batalla constante en querer llevar siempre el centro, lo más neutro, … a la derecha o a la izquierda.
Luchar por una causa como lo hace una empresa es normal. No es algo de lo que poder escapar fácilmente.
Tenemos «el mundo empresa» tan metido dentro como «el patriarcado».
Pero llevar al activismo esas formas con esos valores es de algún modo llevar un «modus operandi» que busca al final de cuentas un fin sin importar muchas veces lo que nos podamos llevar por medio.
Los feminismos de algún modo nos están gritando que «no todo vale». Que por ejemplo tendríamos que tener en cuenta y poner la vida en el centro. Y no solamente los feminismos, también los sindicatos.
En el mundo de la empresa muchas veces prima más el fin que «el camino sin necesidad de bajas por medio». Llevandose la salud de la gente por medio.
Con el tiempo me inclino más en que es vital e importante perseguir un fin en toda causa. Pero que no merece la pena hacerlo sin respetarnos, sin cuidarnos.
Ese camino será más lento. Esas luchas serán menos exitosas a corto plazo. Pero esas luchas serán coherentes.
Y no escribo esto sin haber pecado antes. Escribo esto porque he pecado y he caído muchas veces en perseguir un fin olvidando que el camino es importante. He olvidado o he puesto en segundo plano los cuidados algunas veces y me he olvidado de cuidarme a mi mismo también.
Y no tiene ningún sentido quemarnos. Quemar a terceros. Seguir haciendo las cosas siguiendo un modelo en el que vale todo.
No todo vale. Creo.
Escribirlo me hace de algún modo tenerlo presente.
No todo vale ni siempre el camino más corto es el que nos lleva más lejos :).
Eso suena guay, eso suena molón, eso suena a frase de Mr. Wonderful o de Paulo Coelho. Pero creo que es interesante no terminar trabajando como se curra en una empresa de publicidad cuando la finalidad no era esa ni necesariamente las formas tenían que ser así.
Producir más a cualquier precio creo que no cuadra con el movimiento «slowIT» (rollo que me he inventado para usar como filosofía en este blog). No se trata de producir más a costa de recortar en derechos laborales, a costa de recortar en que quienes sostienen algo lo hagan a cualquier precio. Y que el precio lo terminen pagando sus hijos/as, sus familiares, sus parejas, … y las personas que sostienen algo con sus vidas. Trabajar si, pero no a cualquier precio. Hacer activismo si, pero no sin cuidarnos. Eso creo.
La violencia sinceramente NO lleva a ningún donde. Pero algunas veces si no se tienen herramientas se puede caer en eso. El vivir y aprender de los errores nos puede llevar a entender que no todo vale y que cuando se cae en la violencia es cuando no se tienen herramientas para canalizar los sentimientos. Y la violencia siempre es un error pese a que la violencia se puede disfrazar de muchas formas.
Nadie nace sabiendo. Es de algún modo vivir y cagarla lo que nos va haciendo pensar que no todo vale. Creo.
Saludos cordiales